Somos Walter y Deisa, casados hace más de 30 años, con dos hijos maravillosos y dos adorables nietos.
Dejamos la ciudad hace ya 14 años para radicarnos en un lugar privilegiado. Acá comienzan a tejerse nuestros sueños y a hacerse realidad nuestras metas y desafíos.
Inspirados por la paz y tranquilidad que brinda la naturaleza, surge un lugar maravilloso, inserto en una antigua hacienda de campo: La Casa Rivera, en donde son creadas nuestras obras.
La madera, noble y acogedora, va tomando forma hasta convertirse en un objeto útil y decorativo para impregnar de dulzura y calidez en los hogares de quienes nos prefieren.
La Casa Rivera busca entregar a nuestros clientes, no solo la pasión por el arte, sino también ofrecer un espacio para compartir y relajarse junto a la familia o amigos.
Podrás celebrar con nosotros aquel evento importante o simplemente disfrutar de un día de relajo refrescándote en nuestra piscina.
También te invitamos a sanarte y liberar las tensiones de la vida laboral disfrutando de un exquisito masaje relajante o descontracturante o recibir toda la energía de un masaje con piedras calientes.